Mis queridos lectores, es un gusto saludarles en este precioso día, en el cual espero que ustedes sean muy bendecidos en todo lo que emprendan.
Regularmente los seres humanos tendemos a pasar desapercibidas las bondades y bendiciones que tenemos, hasta que las perdemos; entonces comenzamos a lamentarlo, nos quejamos, pero eso no resuelve la situación.
Hace unos cuantos días viajamos hacia el sur del país para visitar a mi familia, me pareció que la carretera de Tegucigalpa a Choluteca estaba en muy mal estado, me quejaba por los huecos y los estorbos. Sin embargo en estos días de tanta lluvia, en que hubo derrumbes y se interrumpió el paso por la carretera, todos anhelaban aunque fuera la calle llena de huecos.
Una persona rara vez se detiene a dar gracias a Dios por su salud, sino que da por sentado que está saludable; sin embargo, cuando se enferma, lo lamenta, se duele y aprecia lo que siempre había tenido.
Conozco personas que se quejan constantemente de su cónyuge, o bien se la pasan peleando con él (ella) en todo tiempo; pero cuando uno de ellos falta, es como si la misma vida se les hubiera ido. Quisieran hacerlos volver para cambiar de actitud hacia ellos, pero ya es muy tarde, no hay marcha atrás.
De igual manera, cuando nuestros hijos son pequeños, a veces estamos demasiado ocupados para atenderlos o compartir con ellos; en esos momentos nos parece que ellos van a ser pequeños toda la vida, que nunca van a crecer. Pero en un abrir y cerrar de ojos, cuando menos acordamos, ellos ya son hombres o mujeres, que escogen su propia vida, se van de casa… entonces los extrañamos, nos hacen falta, peor ya no se puede retroceder el tiempo.
No sé mi querido lector si tú te encuentras en esta situación, sólo puedo decirte que para ti Hay Una Esperanza, que hoy puedes comenzar a apreciar las cosas que tienes y las personas que te rodean; que puedes empezar a dar gracias a Dios por todas ellas, pero también, hoy pudieras expresarle a esa persona que tienes a tu lado, sea tu esposo(a) o tu hijo(a) o tu padre o tu madre, cuanto le amas, cuán importante es para ti, cuanto aprecias las cosas que él (ella) hace para ti. Dile con palabras y con hechos ¡Cuánto siginfica su actitud!
Mi querido lector, no lo dejes para mañana si lo puedes hacer hoy; mañana puede ser muy tarde, o mañana puede no llegar. Hoy es el día agradable, hoy es cuando hay que empezar, mientras el día dura y aún hay esperanza.
