Queridos lectores y amigos, es muy bueno saludarles y desearles siempre lo mejor en su vida diaria, personal, familiar, empresarial y espiritual.
Les voy a comentar algo interesante que me pasó: había puesto en mi agenda la grabación de un programa para el miércoles nueve del mes en curso; todos los que participaban estaban avisados y se habían organizado para ello.
Sin embargo, algo raro me ocurrió, el miércoles dos del mes (o sea una semana antes), me levanté lista con todo preparado para ir a grabar; llamé para confirmar con los camarógrafos y demás equipo de trabajo, pero todos estaban asustados y me decían: “usted mandó un mensaje convocando para la próxima semana”; cuando ellos vieron que yo estaba preparada y decidida me dijeron: “pero si usted está lista, no hay problema podemos organizar todo ahorita mismo”.
Rápidamente me di cuenta que en efecto yo me había adelantado una semana, de manera que les pedí disculpas, pero tenía la certeza de que ese debería ser el día y así lo hicimos.
Cuando transcurrió una semana y llegó el día nueve, pude darme cuenta cual fue la razón por la cual el Señor me impulsó a adelantarme; una vez más comprobé que en Dios no hay equivocaciones, sino solamente propósitos. Ese día nueve fue uno de los más complicados que he vivido, donde tenía que tomar decisiones muy serias que involucraban a terceros y eran determinantes para salvar o perder una inversión. Necesitaba estar tan concentrada que no podía distraerme en nada, o sea que hubiera sido imposible grabar un programa para la televisión.
Doy gracias a Dios que a pesar de haberme dado cuenta de mi error, hice lo que era correcto, no cabe duda que Él se anticipa a todas las cosas, porque Él conoce el futuro.
Querido lector quiero decirte que muchas veces que has vivido situaciones que parecen erróneas o equívocas, es porque Dios mismo está metiendo Su mano para bendecirte o para evitarte algo.
Si te sientes mal porque quizás has pasado inadvertidas esas situaciones, no te preocupes que para ti Hay Una Esperanza; siempre nos ocurre así, pero en la medida que vamos conociendo más a Dios, vamos siendo más dóciles a su tenue voz.
En todo lo que hagas o lo que te suceda, siempre hay una razón de ser y un por qué; es hermoso reconocer la mano de Dios detrás de cada detalle en nuestra vida, por sencillo que sea. A él le interesa todo acerca de nosotros, porque es un Padre Bueno.
