TEMAS DE OPINIÓN

Agradando

Noviembre 28, 2011


Pasamos por esta vida, muchas veces sin pasar; transcurren los días, los meses y los años y pareciera que nada se ha logrado, nos sentimos insatisfechos y a veces frustrados.  Meditando en la causa de ello, nos encontramos frecuentemente con que hemos estado tratando de agradar a los demás, pero estando insatisfechos con nosotros mismos. Cada persona natural, que es guiada por sus pensamientos o sentimientos, tendrá una apreciación diferente de las situaciones y cada quien lo verá de su propio ángulo o punto de vista.  Si nosotros escuchamos la opinión de cada uno e intentamos complacerlos a todos; nuestra energía, nuestro tiempo se diluirán en direcciones encontradas, que a la larga no traerá complacencia ni a los que opinan, ni a nosotros mismos. Esto ocurre cuando no estamos definidos en cuanto a lo que deseamos hacer o a quien queremos agradar.  Hay un concepto básico que necesitamos saber y es que hemos sido creados sobre la faz de la tierra para servir y agradar a Dios por sobre todas las cosas, aún a través de nuestros trabajos cotidianos.  Antes que complacer al mundo, a la familia, a los amigos, está la prioridad de hacer todo como para el Señor, con la convicción de que a El le agrada nuestra actitud, nuestro proceder, nuestro caminar, nuestras decisiones. Si nuestro Creador y Padre celestial está agradado, ¿Qué importancia puede tener que los demás no lo estén? A la larga, ¿A quién le debemos la vida eterna?  Ni a los amigos, ni a los parientes, sino a Cristo. Por supuesto, esto parecerá difícil para los que no han dicho a Cristo que venga a tomar control de sus vidas, a morar a su espíritu.  Sin embargo, el Espíritu Santo está siempre dando convicción externamente, alrededor de nosotros.  Aún sin Cristo en el corazón, cuando hemos querido hacer algo que no agrada a Dios, hay una tenue voz, a la que muchos llaman "conciencia", que nos redarguye en cuanto a lo bueno y lo malo, delante de Dios. Quizás usted está cansado de haber vivido hasta ahora tratando de ser lo que los demás han querido que usted sea, y usted considera que ya es tiempo de ser lo que Dios quiere que usted sea.  Si esta es su situación, créame que en Jesús puede encontrar solución.

Ver Todos los Artículos