TEMAS DE OPINIÓN

Cambiando la Estructura

Diciembre 26, 2011


Es un gusto saludarles mis queridos lectores; en estos días de tanta agitación, reciban una palabra de bendición que les traiga consigo paz y reposo. Quiero compartirles sobre un asunto cotidiano pero que estoy segura que nos dejará mucha enseñanza. Tenemos en las instalaciones de nuestro ministerio, un salón pequeño para reuniones, el cual fue una de las primeras edificaciones que se hizo en este lugar.  Sus paredes interiores son de tabla rústica, pero recientemente se remozó el techo y cielo falso, se colocaron hermosas cortinas y quedó muy bonito; su apariencia muy preciosa. Hace unos días alguien notó que salía comején de adentro de las tablas, por lo que nos dispusimos a descubrir las paredes por la parte exterior.  Al quitar las láminas de “Panelit” que conforman las paredes externas, cuál fue nuestra sorpresa, al ver que todas las columnas y vigas, o sea la estructura que sostiene las paredes, están totalmente invadidas por el comején, al punto de que algunas están ya pulverizadas. En estos días hemos iniciado una labor de restauración completa, donde se está remplazando toda columna o biga por piezas metálicas más duraderas. Mientras observaba hoy toda la armazón que se está haciendo nueva, pensaba que aún en nuestra propia vida, muchas veces la apariencia exterior es impecable, todo se ve precioso, nítido; pero tal vez lo profundo está deteriorado, necesita ser renovado, hecho todo nuevo. Si no nos disponemos a cambiar la estructura, sino que solamente le damos retoques externos, llegará un momento en que no se pueda sostener más.  Quiero invitarte mi querido lector a que revises bien tu interior, tu fundamento, tus principios.  ¿Qué es lo que te sostiene en la vida? ¿Cuál es la motivación por la cual trabajas? ¿Cuál es la causa por la cual estudias? Revisa todo lo interno y lo externo se sostendrá. ¿Tienes temor de conocer la verdad? No te preocupes, para ti Hay Una Esperanza, de la misma manera que hubo esperanza para esta pared, que está siendo fortalecida con materiales más duraderos. Solamente las bases sólidas pueden sostenernos en pie en medio de la tormenta, la ventisca o la tempestad.  Cuando vienen fuertes las oleadas del mundo a querernos socavar, si lo que nos sostiene está bien cimentado, nadie nos podrá derribar.  La Palabra de Dios es la estructura más sólida que puedes tener para edificar sobre ella; búscala hoy, pero búscala de todo corazón.

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