TEMAS DE OPINIÓN

Restaurados por Dios

Enero 9, 2012


Mis queridos lectores les saludo cariñosamente como cada semana suelo hacerlo, bendiciendo sus actividades cotidianas. En estos días me he encontrado con diversas situaciones de jovencitas muy lindas, embarazadas fuera del vínculo matrimonial, es decir madres solteras.  Entiendo lo duro que es para ellas, pero más aún lo difícil que será para estos bebés crecer en ausencia de un padre que les modele el amor del Padre Dios. Cuando una pareja enamorada comienza con caricias que los llevan a la intimidad sexual, casi nunca piensan en las consecuencias o responsabilidades que esto conlleva.  El fuego del amor que desencadena en pasión, dura un tiempo corto, efímero, fugaz; pero el embarazo, luego el parto y más aún el cuidado de ese bebito va a requerir mucho tiempo, dedicación, amor y todo lo necesario para que crezca relativamente sano emocional y espiritualmente. Algunas de estas jovencitas ven su situación como algo normal, natural y hasta se sienten orgullosas de ello.  Otras temen mucho la reacción de sus padres, pero una vez enfrentado esto, se sienten liberadas.  Otras definitivamente pueden sumirse en la depresión y pensar que las oportunidades de la vida terminaron para ellas. Es posible mi querido lector que tú te sientas identificado con uno de estos casos; tal vez tú estás directamente involucrado en uno de ellos; tal vez no eres la jovencita, pero eres el padre del bebé que pronto va a nacer.  O tal vez eres el padre o la madre de la jovencita y no sabes si reaccionar con enojo, con vergüenza o con indiferencia. Quiero decirte que aunque esa forma no es la que Dios ha elegido para el establecimiento de una familia; Él es tan misericordioso que siempre nos dirá que Hay Una Esperanza.  El Señor desea ver nuestro corazón humillado delante de Él, para arroparnos con Su manto de amor y extendernos Su paternidad incondicional y perfecta. Dios no te acusa, no te juzga; pero para bendecirte y ayudarte en el camino que vas a comenzar, quiere ver la condición de tu corazón.  Nos sentimos dolidos por haberle fallado a Dios? O eso ni siquiera lo hemos pensado? Nuestro Buen Padre siempre es un Restaurador y es el Dios de todas las oportunidades; Él siempre actuará a nuestro favor si solamente le mostramos un poco de arrepentimiento y de deseo de ser restaurados por Su gracia.

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