Muchos saludos y bendiciones a su vida, mis queridos lectores de esta su columna semanal Hay Una Esperanza.
Una pareja joven, recién casados pero ambos muy maduros, nos invitaron a cenar, ya que ellos nos iban a sorprender con su arte culinaria y en verdad fue así. En medio de la sobremesa, surgió la conversación acerca de algunas muchachas solteras pero entradas en años, que no se han casado, a pesar de desearlo.
La joven casada comentó sobre un incidente reciente, en que ella estaba en una reunión con otras personas, entre ellas una de estas muchachas que no se ha casado. Ella nos relata que en determinado momento se habló de la sujeción de la mujer a su esposo y esta muchacha rápidamente exclamó: Ah no, yo no estoy de acuerdo con eso; eso resulta muy difícil para mi, yo pienso que una pareja tienen que ponerse de acuerdo y ambos tomar las decisiones.
También casi al instante, uno de los varones casados que se encontraba en la reunión le dijo: ¿Sabe qué? El que iba a ser su esposo ya venía del cielo para usted, pero con su declaración lo acaba de detener.
Increíblemente mis queridos lectores, una de las razones por las cuales algunas mujeres no encuentran un varón que les proponga matrimonio, es porque ellas quieren mandar, no están dispuestas a someterse en amor.
La Biblia nos dice claramente que Dios es la Cabeza de Cristo, Cristo es la Cabeza del varón y el varón es cabeza de la mujer. Entendemos que la cabeza sin cuerpo es inoperante, pero el cuerpo sin cabeza carece de dirección. El deseo de Dios es que las mujeres se sometan en amor a varones sometidos a Cristo; de esta manera la mujer va a tener la seguridad de estar en muy buenas manos.
Este orden en líneas de sujeción, establecido por Dios, es la garantía de hogares que funcionan en armonía, en la forma establecida por Dios para darle protección y cobertura a la mujer. Cuando la mujer se siente protegida, amada y respetada por un varón que vive de acuerdo a las leyes divinas, ella no va a tener ningún recelo de someterse a su marido.
Mujeres, es tiempo de cambiar el pensamiento arcaico por el pensamiento bíblico.
Para ustedes siempre Hay Una Esperanza; oren a Dios que les envíe un varón con la mente de Cristo para que puedan tener un hogar en el orden de correcto.