Muchos saludos para ustedes y mis mejores deseos, mis queridos lectores de esta su columna semanal. Espero que esta vez también puedan ser edificados a través de lo que voy a compartirles.
Conozco a una pareja matrimonial, ambos son profesionales y justamente estudiaron la misma carrera; uno de ellos labora en una Universidad y su horario de labores es bastante apretado. La edad de ellos anda alrededor de los cuarenta años, tienen tres preciosos hijos, el menor de ellos es un varoncito que cursa sus primeros años de escuela.
En una ocasión el niño menor conversaba con su tío, entonces el niño le dijo: Tío, cuando yo sea grande voy a hacer una Universidad. El tío le pregunta ¿Para qué vas a hacer una Universidad? El niño le responde rápidamente: Tío yo quiero hacer una Universidad donde le den vacaciones a los adultos.
Mis queridos lectores, no necesitan esforzarse mucho por comprender que el niño estaba reclamando a gritos el hecho de que su padre no tiene vacaciones para compartir con sus hijos, quienes si tienen largas vacaciones en su escuela.
Muchas veces los padres nos esforzamos trabajando para obtener dinero que pueda darle o comprarle lo mejor a nuestros hijos, esto incluye educación, ropa, casa, comodidades y demás. Sin embargo, los niños lo único que piden es el tiempo y la compañía de sus padres.
No sé mi querido lector si tú estás en la posición de padre o madre, que reconoce que debe darle más tiempo a sus hijos; o tal vez te encuentras en el lado del hijo, que ha esperado por semanas y meses que sus padres tengan un tiempo para compartirlo contigo. Cualquiera que sea tu papel, para ti Hay Una Esperanza.
Mientras hay vida hay esperanza, de cambiar, de enmendar, de superar nuestras actitudes y proponernos cada día pensar un poco más en los demás pero tratando de identificar las necesidades genuinas de aquellos que nos rodean.
Si eres un hijo, no juzgues a tus padres, trata de comprenderlos, ellos desean lo mejor para ti. Si eres un padre, mira a través de los ojos de tus hijos, discierne sus necesidades emocionales. Nuestro Dios siempre está dispuesto a guiarte, porque Su deseo es que todos seamos felices y disfrutemos la vida que El nos dio.