Mis queridos lectores, es un placer saludarles nuevamente y declarar la paz y el gozo de Dios en sus vidas.
Ya estamos a horas de terminar un año y de iniciar uno nuevo. Muchos en estos momentos están planeando que hacer para recibir el 2013 de la mejor manera dentro de sus posibilidades. Otros están haciendo sus resoluciones para cumplir sus objetivos y metas en esta nueva etapa que están por comenzar y otros simplemente agradecen por los preciosos tiempos que vivieron, por los logros, las metas alcanzadas y por todo lo que ocurrió en sus vidas en este año 2012.
Hay que tener en cuenta que lo que pasó es pasado y que cosas nuevas y mejores vienen. Muchas veces sucede que en esta época entramos en una etapa de profunda tristeza y melancolía porque recordamos todo aquello que sucedió y nos causo dolor, por lo cual no nos permite percibir todo lo bueno que está frente a nosotros. A veces retenemos cosas o personas que no queremos soltar por miedo a perderlas. Pero es necesario despojarnos y descargarnos de lo que nos afecta e impide avanzar para recibir con alegría todo lo que Dios anhela darnos.
Mi querido lector, estemos seguros y confiados que lo que está por venir es mucho mejor de lo que vivimos y experimentamos. No nos afanemos ni nos preocupemos por saber qué cosas son las que vienen y cuáles no. Tengamos plena seguridad que lo que está por venir es mayor y que estemos dispuestos a recibir todo lo que el Señor está por hacer en nuestras vidas, en nuestra familia, en nuestra ciudad y en nuestra nación.
Si en algún momento te sentiste desanimado o sin ganas de comenzar este nuevo año por razones económicas, emocionales o de salud, para ti te digo Hay Una Esperanza.
Recordemos que siempre hay tiempo para todo y cada cosa es hermosa en su momento exacto. Los planes de Dios para nosotros son planes de bien y no de mal; planes para prosperarnos y darnos un futuro y una esperanza.
Necesitamos reflexionar como está nuestra vida actual y la condición de nuestro corazón para amar, perdonar y recibir con gozo la paz que Dios trae a nuestra vida en este nuevo año.
Si dejaste asuntos pendientes y proyectos sin terminar, no te desanimes. Te invito a que este día tomes la decisión de recibir y aceptar al Señor como tú Salvador para que tomes valor y fuerza de Aquel que es el único dador de la vida y concluyas con éxito lo que empezaste.
Mi deseo es que comiences este año disfrutando plenamente la vida en Dios con abundancia de paz y alegría.