Mis queridos lectores, es bueno saber que comenzamos un año nuevo, un año desafiante; y sin importar cuales hayan sido nuestras experiencias pasadas, debemos enfrentar el nuevo tiempo con una actitud diferente, positiva, llena de esperanza y de ánimo.
Cuando encontramos un vaso con agua hasta la mitad, algunas personas negativas dirán que está medio vacío, otras personas positivas dirán que está medio lleno. De igual forma un cuarto en penumbra, parecerá medio obscuro para unos, mientras otros lo ven a media luz. Esto nos indica que las cosas son para cada uno de nosotros como las vemos o percibimos.
Todo tropiezo, obstáculo o estorbo en medio del camino, para la mayor parte de las personas significaría un atraso, pero para algunas que tienen una mente de avanzada y pueden ver más allá de las circunstancias, representa la oportunidad de vencer obstáculos y ejercitarse para la victoria.
Cuando la nación entera entra en crisis financiera, es la oportunidad de hacer más con menos. Cuando los servicios de salud están caros, es el tiempo para creer en el poder sanador y sobrenatural de Dios.
Cuando el combustible se pone más caro, es tiempo de caminar y ejercitar los músculos. Cuando los refrescos y el azúcar suben de precio, es el mejor momento para aprender a beber agua y disfrutar de sus beneficios para el organismo.
Si te das cuenta que hoy día los restaurantes cobran precios muy elevados, es el mejor tiempo para invitar a tu familia a comer en el patio de la casa, una comida preparada por ti con amor.
Para este año 2013 que comienza, vamos a necesitar mucha visión, de manera que podamos ver lo que está por venir, por lejos que parezca, sin que lo que está cerca nuble nuestra vista.
Querido lector, si tú eres uno de los que se siente agobiado por las circunstancias actuales y los hechos del año que terminó, para ti Hay Una Esperanza, te invito a levantar tu mirada hacia lo alto, a remontar vuelo más arriba, donde los males no te pueden alcanzar. Si abres tu corazón para que el Espíritu Santo venga a morar dentro de él, tendrás también la mente de Cristo y con ello la visión de Dios, para no temer a nada de lo que se pueda avecinar, porque tú miras más allá y lo que se ve a lo lejos, es bueno en gran manera.