TEMAS DE OPINIÓN

Destino

Enero 28, 2013


Queridos Lectores, es un gusto saludarles una vez más y declarar que hay salud en sus cuerpos y hay prosperidad en sus almas. Estaba meditando en estos días, acerca del destino de las personas y como Dios escoge los lugares donde nos planta o nos envía, para cumplir una misión en esta tierra, hasta que acabemos nuestro curso. Hace unas pocas semanas vinieron a visitarme mis nietos mayores, quienes viven en una ciudad de oriente, donde yo viví hace muchos años.  Mi nietecita muy contenta me comentó que había visto en su ciudad, una fotografía de 1972, o sea hace cuarenta años, en donde yo estaba conduciendo un tractor en un desfile de ganaderos.  Interesantemente mis nietos ahora desfilan en esos mismos eventos y ellos montan los caballos o conducen cuatri-motos o algo por el estilo. Cuando yo viví en ese pueblo, nunca imaginé que cuatro décadas después, mi descendencia repetiría la historia. No solamente eso, sino que mis bisabuelos maternos, llegaron a Honduras en 1917, procedentes de Gales, Reino Unido, donde ellos se casaron, viviendo en la ciudad de Newport. El año pasado una de mis hijas se fue como misionera ¿a dónde cree usted? Precisamente al lugar de mis ancestros, a Gales.  Jamás mis antepasados hubieran pensado que al venir a vivir a Honduras, algún día uno de sus descendientes viajaría para vivir en el lugar, de donde ellos salieron. Hay un misterio en esto, el cual tiene que ver con propósito y con destino; algo que si he visto es que cuando alguien no cumple su comisión en un lugar, tiempo después, alguno de sus descendientes, biológicos o espirituales, lo cumplirá. Mi querido lector, quizás en este momento estás pensando, meditando o haciéndote preguntas acerca de tu vida, tu origen, tu destino; pero no te inquietes porque siempre Hay Una Esperanza, si no es contigo o a través tuyo, puede ser a través de tus hijos o de tus nietos, pero se ha de cumplir aquello para lo cual existe tu familia, tu linaje. Este día, pregúntale a Dios mismo, cuál es tu diseño, cuál es tu lugar, cuál es tu propósito y tu destino en este mundo.  El Espíritu Santo es Dios en este planeta y es Dios en nuestro corazón, cuando hemos creído en la obra redentora de nuestro Señor Jesucristo.  Una de las funciones del Espíritu Santo es dirigirnos y guiarnos por nuestro peregrinar en esta tierra, llevarnos a toda verdad, para que no nos extraviemos.  Puedes confiarle tus preguntas y tu corazón a Él, este día.

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