TEMAS DE OPINIÓN

Fortaleza

Febrero 5, 2013


Muchos saludos a mis queridos lectores, y los mejores deseos para este día.  Quiero comentarles que en estos días recién pasados estuve en una ciudad de México, donde vive nuestra hija adoptiva.  Esta hija recientemente tuvo que ver a su esposo partir con el Señor a la eternidad, quedando con ella sus tres hijitos, un varón de seis años y dos gemelitas de casi cuatro años. Han transcurrido más de tres meses desde que esto ocurrió, durante todo este tiempo la vida de ella ha sido de resolver situaciones, tramitar papeles, pagar cuentas, tomar decisiones, en fin… ha sido un poco duro.  Tuvimos la oportunidad de pasar un día con ella, de lo cual aprendí mucho. Ella me dijo: “Mamita, usted no sabe qué sensación más fuerte es; nunca cuestioné a Dios, no he renegado en nada, pero algo que puedo decirle es que es muy duro, sobre todo cuando los niños me hacen preguntas sobre su papá.  Algo que pude experimentar es que ante esta situación, absolutamente todo pierde valor.  Me dijo, siempre me han gustado las joyas, pero ya no me importan;  no me interesa si tengo carro o no tengo, si tengo casa o no”. Ella me estaba diciendo que lo único que es eterno, lo único que llena el corazón, lo único que puede suplir la ausencia de un ser amado tan cercano, es Dios mismo. Mis queridos lectores, este varón estaba en su edad productiva, trabajaba a diario, compartía con sus hijos como un excelente padre, pero sobre todas las cosas él amaba a Dios y le servía; estamos seguros que su corazón estaba preparado para el viaje. Una persona allegada a ellos tuvo un sueño recientemente, donde Dios le decía respecto a este varón: “Corté uno de Mis mejores frutos”. Lo único que quiero transmitirles en esta columna, es que siempre en Dios Hay Una Esperanza, que si estamos en Cristo, podremos realizar el viaje sin problema; pero también seremos fortalecidos para enfrentar la pérdida.  Solamente en el Señor Hay Una Esperanza de restitución y de sanidad del corazón de los niños, de la esposa y de sus padres. Querido lector, nuestra misión es prepararnos cada día en el Señor, aferrados solamente a Él; sabiendo que solamente Su presencia nos puede sostener y nos puede llenar.  Nuestro Dios es el único que puede ser Padre para estos tres niños.  El Señor es Quien mueve Su mano para bendecirle a ella y a sus pequeños, a través de personas que le llevan todo lo que ellos necesitan, solamente porque son dirigidas por el Espíritu Santo.

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