Mis queridos lectores de su columna semanal preferida Hay Una Esperanza, es una alegría comunicarme con ustedes para declarar como siempre que sus vidas estarán siendo prosperadas en todos sus aspectos, cada día.
En estos días el Señor nos permitió presenciar la boda civil y ministrar la bendición espiritual de la misma, de una pareja muy especial. Ella es una joven nacida en nuestro país, la cual por falta de padres biológicos fue a vivir de seis meses de edad a un orfelinato, dirigido por una mujer de Dios muy especial. A los dos años de edad la niña fue dada en adopción a una pareja canadiense, de manera que la niña fue naturalizada legalmente en ese país. Su idioma materno llegó a ser el francés y el español fue su segundo idioma. Sin embargo la felicidad de esta joven se vio empañada por la muerte de su madre canadiense.
Me puse a meditar en la manera como el enemigo lanza dardos y asignaciones de destrucción para distorsionar la vida de las personas. La asignación contra ella era de orfandad, pero el diablo no contaba con que ella se encontraría con su Creador, su Dios y Padre, para nunca mas ser huérfana.
Mientras viajaba yo en un vuelo, comencé a leer la revista que estaba frente a mi, vi un interesante artículo sobre Andrea Bocelli, el famoso tenor italiano, cuya voz ha impresionado a miles de miles de personas. Interesantemente este valioso hombre, quien es temeroso de Dios y apoya a los pobres y necesitados, nació con un problema de Glaucoma congénito, pero eso no es todo, cuando Andrea tenía doce años de edad, sufrió un accidente jugando futbol, lo cual ocasionó que perdiera la vista. Es decir que el enemigo había lanzado sobre él, desde que fue concebido en el vientre de su madre, una asignación de ceguera. Lo que el diablo no pudo saber es que este hombre, aunque no mira la belleza, la escucha en una dimensión mayor y la expresa para llenar de armonía los lugares.
Mi querido lector, te he compartido esto para que sepas que Hay Una Esperanza para todos nosotros, y que comprendas cuan importantes es bendecir el vientre de las mujeres aun antes de que se embaracen. Es muy determinante bendecir a los bebés desde el vientre de su madre, porque esa declaración de bendición puede anular toda asignación que quiere destruir el destino de los seres humanos desde el comienzo de su vida.
