TEMAS DE OPINIÓN

Insatisfacción

Abril 22, 2013


Un cariñoso saludo para todos mis queridos lectores de su columna Hay Una Esperanza, para quienes escribo lo siguiente: Lo seres humanos tenemos la tendencia de querer encontrar todo lo que buscamos, adaptado a nuestra medida, sin estar dispuestos a pagar el precio que ello demanda. Les voy a contar la historia de una jovencita muy especial, cuyos pasos he seguido de cerca: Ella se fue a estudiar a los Estados Unidos hace unos tres años más o menos; vivía en los dormitorios de la Universidad, a su llegada le regalaron sábanas, toallas, y otros artículos necesarios.  Compartía su habitación con otra jovencita de su edad y tenían baños comunes para el uso de unas seis personas aproximadamente. Al principio todo le parecía bien, pero en la medida que escuchó comentarios acerca de otras universidades de mayor renombre, fue deseando cambiarse de lugar.  Al año siguiente cambió de estado, de universidad y de tipo de dormitorios; siempre vivía en los dormitorios de la Universidad, pero estos eran muy bonitos, habitaciones para dos personas, con baño privado, piscina, cafetería y otras ventajas, ya que el lugar anteriormente había sido un hotel. Antes de que terminara el semestre, ella estaba determinada a cambiarse a otro lugar, por diversas razones, sin que le importara la comodidad de su vivienda; de manera que se trasladó a una Universidad del Estado, yéndose a vivir a los dormitorios de la misma.  Su compañera de habitación tenía horarios contrarios a los suyos; la lavadora de ropa era común para el edificio y a veces se le extraviaba ropa, porque alguien más la sacaba antes que ella llegara.  La joven decía que además se pagaba mucho dinero por la comida y que sería mucho más conveniente mudarse con otra amiga a un apartamento fuera de la Universidad.  Ella comenzó a disfrutar de las ventajas de tener la privacidad de un baño para ella sola, lavadora y cocina dentro de su apartamento.  El pero ahora era que debía tomar el autobús para ir a sus clases, lo cual se tornaba pesado en tiempo de invierno, con nieve y temperaturas bajo cero.  Al no tener su propio medio de transporte, se le hacía difícil hacer las compras para sus necesidades. Ella ahora está buscando otra alternativa, un lugar para ella sola, pero cercano a su centro de estudios, para no tener que tomar transporte público. Lo que ha encontrado es un poco caro, o es en un barrio no muy seguro, etc. Esto es solamente un ejemplo de cuan insatisfechos podemos estar con nuestras circunstancias, aunque tengamos muchos beneficios.  Estoy segura que aunque ella encuentre lo que ahora busca, pronto habrá otras cosas que no le gusten. Siempre tendremos que sacrificar unas cosas por otras. Querido lector, esto puede ocurrirnos con nuestro trabajo, con nuestro matrimonio y en todas las áreas de nuestra vida.  Nuestro Dios nos ha pedido que tengamos contentamiento en todas las cosas.  Quiero decirte querido lector que si tú entregas plenamente tu corazón al Señor, este será lleno de Su amor, Su gracia y Su favor; lo cual es suficiente para que puedas estar contento y satisfecho.  Si abres tu interior y permites que el Espíritu Santo derrame el amor divino en ti, te aseguro que para ti Hay Una Esperanza.   Esperanza de disfrutar cada momento de tu vida, por difícil que parezca.

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