TEMAS DE OPINIÓN

La Culpa

Abril 29, 2013


Llegan momentos en nuestra vida en que nos percatamos de errores cometidos en nuestra actitud, o comportamiento, en relación a nuestros hijos, novios(as) o esposos(as) tal vez. Lamentablemente, algunas veces este reconocer no viene con convicción sana, sino que generalmente se presenta acompañado de sentimiento de culpa.  La culpabilidad trae consigo autoacusación y por ende condenación.  La reacción hacia este sentimiento está dirigida a tratar de cumplir un castigo autoimpuesto, penitencia, multa, o substitución (dar algo a cambio de lo que debíamos haber hecho). Esta condición es muy común en padres (madres) que trabajan fuera de casa, llegan muy cansados y tienen poco o ningún tiempo para dedicarles a sus hijos.  Su intención era buena al salir a trabajar, tratando de obtener recursos económicos suficientes para dar una mejor educación u oportunidad a sus hijos.  Sin embargo, al sentir el peso de culpa por el tiempo no brindado a la familia, de forma automática  tratan de suplir con artículos, dinero, permisividad y falta de disciplina.  Aun a veces podemos ser manipulados o sobornados emocionalmente, a través de la puerta abierta de la culpa. Necesitamos despojarnos de la autoacusación y culpa para poder reconocer claramente nuestras faltas y así actuar de la manera correcta y sabia.  Para poder establecer prioridades en las actividades, valorando sus efectos a largo plazo, pero libres de la presión de la condenación. Reconocer nuestras fallas a tiempo es inteligente, enmendarlas con propiedad, considerando en primer lugar las necesidades espirituales y morales, requiere sabiduría. Si usted se encuentra bajo esta situación u otra similar de condenación o culpa, para usted Hay Una Esperanza. Es necesario que se entere que Jesucristo vino para liberarnos de la condenación y la culpa e introducirnos en Su gracia.

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