TEMAS DE OPINIÓN

La Corrección

Junio 17, 2013


Mis queridos lectores de su columna semanal preferida Hay Una Esperanza, reciban un muy cordial saludo y un fuerte abrazo este día. Meditaba esta semana de como gran parte de los problemas sociales acerca de la rebeldía, la delincuencia juvenil y la alta incidencia de drogadicción, radica en el hecho de que estas personas cuando niños no fueron correctamente disciplinadas por sus padres.  La falta de corrección es falta de amor.  Muchos padres substituimos la disciplina por gritos, maltratos verbales o castigos mentales. La psicología moderna opina que no se le corrija al niño con vara; mientras la Biblia dice que sí, porque la vara y la corrección dan sabiduría. Nos confrontamos con una decisión para tomar. ¿Qué misterio hay en la vara?  En lo personal, ir al patio a cortar una varita, quitarle las ramitas, entrar de nuevo a casa, hablarle al niño, explicarle las razones por las cuales va a ser disciplinado, colocarlo sobre mis rodillas y luego aplicarle tres varacitos, me da el tiempo necesario para calmarme y para nunca corregirlo con enojo. Creo sin embargo que “la vara” se refiere a una medida; es decir que según sea la falta y según sea el temperamento del niño, así se escogerá y  dosificará la corrección. Nuestro Dios como Padre dice que Él a los que ama, a los que considera hijos, a esos disciplina.  La corrección y la disciplina de Dios son necesarias para que crezcamos en obediencia, en rectitud, para que demos frutos dignos de Su naturaleza. Si usted querido lector considerándose hijo de Dios ha estado pasando por situaciones que le duelen, que le llaman a corrección y a cambiar de actitud hacia la obediencia; si ha estado meditando en porqué le ocurre tanta cosa;  recuerde que para usted “Hay Una Esperanza”, sólo piense y reflexione que en esos momentos puede ser su amado Papá aplicando Su vara a usted: Su amado hijo. Si desea hoy decirle a su Papá que desea obedecer, que se somete a Su corrección, que quiere ser un verdadero hijo: hágalo, porque recuerde Dios le ama.

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