Quiero desearles un excelente día, mientras les relato sobre alguna otra situación interesante. Hace más de treinta años, en la capital del país, una mujer murió al dar a luz a su tercera hija, dejando, además de la recién nacida, a sus dos hermanitas mayores; una de ellas tenía un foco irritativo cerebral, debido a que su nacimiento fue con fórceps.
Este hombre al verse con tal responsabilidad, buscó a una buena mujer que pudiera ser una madre para sus hijitas. Ella a su vez tenía hijos, que necesitaban de un padre. Ellos formaron un hogar, en el cual Dios les bendijo posteriormente con otra hija de ambos. La hija con problema cerebral falleció cuando era ya una joven.
Han pasado muchos años desde entonces, pero es admirable observar como esta mujer ha sido una madre ejemplar con sus hijos, sin hacer diferencia entre unos y otros.
Definitivamente para actuar de esa manera es necesario estar llena del amor de Dios. Pero también, es hermoso ver como sus hijas la aman como a su verdadera madre, la que las cuidó, las aconsejó, las dirigió en la vida y sobre todo las amó sinceramente. Un buen día esta mujer buscó al Señor, se convirtió de corazón y pronto sus hijas también conocieron el Camino de la salvación; ¡que mejor legado que este!.
Su esposo falleció recientemente, pero gracias a lo que esta mujer sembró en oración, buen testimonio y actos de amor, Dios fue propicio y su esposo tuvo un encuentro personal con Él, por lo cual estamos seguros que descansa en paz en la presencia del Señor.
Queridos lectores, en las vueltas de la vida, quizás algunos de nosotros nos vamos a encontrar con la oportunidad de ofrecerle un hogar a un niño que lo requiera; tal vez Dios mismo nos ponga delante de nosotros la bendición de cobijar a alguien muy necesitado, no sólo de abrigo físico, sino emocional y espiritual. Si ese momento llega, espero que no endurezcamos nuestro corazón, sino que seamos sensibles a la voz de Dios.
Para todos nosotros Hay Una Esperanza, de servir a Dios al servir a uno de sus pequeñitos. Quizás esta es una forma difícil de hacerlo, pero la recompensa es muy grande e incalculable.
Les invito este día para abrir su corazón y recibir la llenura del amor del Padre, que nos capacita para amar a pesar de toda circunstancia, para dar sin esperar nada a cambio. Hoy es el día agradable del Señor para operar un cambio en el corazón, para que no se endurezca, sino que se mantenga sensible para escuchar Su dulce voz.