Mis queridos lectores de su columna semanal preferida, Hay Una Esperanza, reciban un cordial saludo y todo lo bueno que Dios tiene para ustedes en este día.
Uno de los problemas más grandes que tenemos respecto a los ladrones, no es el hecho de que nos roben, sino específicamente que se lleven lo que necesitamos o queremos. Es decir, si usted tiene en el patio de su casa una chatarra que le estorba, y se la roban, usted más bien dará gracias porque se la llevaron.
Cuando vamos a regalar algo, ropa o zapatos por ejemplo, usualmente vamos al ropero y empezamos a sacar lo que ya no nos queda, lo que no nos gusta, lo que no sirve. Muy rara vez, si acaso ocurre, buscamos lo mejor, lo más nuevo, lo más fino o más caro.
No sé si usted ha meditado alguna vez en que nuestro Dios, cuando nos iba a dar algo, nos dio lo mejor que Él tenía, nos dio a Su propio Hijo, nada menos que la preciosa sangre de Su único Hijo, Jesucristo.
Es necesario reconocer que "De gracia hemos recibido, por lo tanto, de gracia hemos de dar". Es decir, que sería muy bueno que nos percatáramos de que todo es de Dios, Él de Su propia gracia nos da, nos provee, mueve Sus bienes y finanzas para que recibamos; si no fuera por la mano de Él, ni trabajo podríamos encontrar. Entonces, de la misma manera podríamos ser desprendidos para dar, repartir, compartir.
Hay un misterio, algo inexplicable pero tan real, y es que "dando es como recibimos"; cuando damos por amor al Señor, es como si invirtiéramos en una cuenta de ahorros en el banco del cielo. Los intereses son altísimos, allí no hay devaluación de la moneda. Cuando hay una necesidad en nosotros, si hemos ahorrado desinteresadamente, hay fondos para suplirnos; me refiero a fondos en el banco de sanidad divina, o de paz o seguridad y cobertura.
Compartamos, demos siempre lo mejor; ya que hemos recibido lo más excelente, al Hijo de Dios. Si usted considera que le es difícil dar, quiero decirle que, Hay Una Esperanza. Primero necesita recibir al Dador de todo, para que Él le enseñe a dar, Jesucristo quiere que usted le invite a entrar a su vida hoy.
