En términos generales las personas tienen temor a envejecer; una de las situaciones que más les preocupa es que la memoria comienza a fallar, de manera tal que las personas mayores se olvidan de si ya contaron tal o cual historia y a veces la relatan unas cinco veces a los mismos oyentes. Los jóvenes que no tienen misericordia ni amor para tolerarlos, se burlan o los regañan, como si lo que ellos hacen estuviera bajo su control o voluntad.
Por otro lado, los ancianos temen llegar al punto de perder su movilidad y tener que depender de otras personas que los lleven y traigan, teniendo que renunciar a su antigua independencia, cuando iban y venían donde ellos querían. Las personas que en un tiempo tomaban las decisiones para sus hijos y demás familiares, ahora tienen que someterse a lo que los más jóvenes digan y decidan.
Para ellos esto se manifiesta en un sentimiento de impotencia y frustración, al no poder hacer lo que antes hacían con tanta agilidad, tanto mental como física.
Sin embargo, la historia bíblica nos relata acerca de un hombre fuerte, que nunca perdió su condición, a pesar de los años; tal parece que más bien se fortaleció con el paso del tiempo; este hombre se llamó Caleb, el cual a sus ochenta y cinco años de edad entró en posesión del territorio que Dios le había asignado, tomándolo de manos de los gigantes que habitaban el lugar.
¿Cuál es la diferencia entre un anciano común y corriente y Caleb? Hay una diferencia crucial, y es que Caleb tenía un Dios sobrenatural que lo respaldaba. Sus cuarenta y cinco años de espera desde que había recibido la promesa de aquel monte, fueron años en que conoció más y más a su Dios.
Querido lector, no sé cuál sea tu edad, pero un día llegarás a tener ochenta o más años, si Dios te lo permite. Para poder disfrutar esa edad al igual que la juventud, necesitas comenzar a edificar tu vida en los fundamentos y principios divinos, desde ahora. La forma de alimentarte es muy importante, al igual que hacer ejercicio cada día y beber mucha agua; pero por sobre todo, la prioridad es llenar tu espíritu de la Vida sobrenatural de Dios.
Quiero decirte que sea cuál sea tu edad, para ti Hay Una Esperanza! Hoy es el principio de tu futuro; hoy es el día agradable para tomar decisiones que harán tu vejez más útil y placentera. Abre tu corazón a tu Creador y Dador de la Vida; ese es el primer paso para disfrutar cada día, sin importar cuántos años tienes. Declaro sobre ti que lo mejor está por venir.