TEMAS DE OPINIÓN

Disciplinar

Marzo 3, 2014


Queridos lectores de su columna semanal, Hay Una Esperanza, sean bendecidos este día. Quiero compartirles que el amor es uno solo en sustancia, y sólo puede ser percibido, experimentado y expresado a través del conocimiento de Dios y Su presencia en nuestra vida, ya que Dios es Amor, esa es Su naturaleza, Su esencia; y fuera de Él, sólo conocemos el cariño, la pasión, el enamoramiento o bien el sentimiento posesivo de un hombre hacia una mujer o viceversa, o de una madre hacia un hijo, que "quiere", pero no ama. El amor de Dios, al igual que el amor manifestado de padres a hijos, lleva consigo disciplina. El padre que verdaderamente ama a su hijo, aplicará a él la disciplina necesaria, para su beneficio. La disciplina comienza en la cuna del bebé, si no lo hacemos, los padres seremos víctimas de la manipulación de los hijos, quienes a su vez se verán frustrados al querer realizarse en un mundo que no responde a sus demandas y rabietas. Muchos padres han sido culpados por la severidad hacia sus hijos, pero existen muchísimos que se culpan a sí mismos de su excesiva indulgencia y permisividad. El niño que al gritar o patalear para obtener el juguete deseado, fue complacido para que dejara su berrinche; se encontrará tarde o temprano en un ambiente donde querrá gritar para que le presten atención, va a patalear para que le den un ascenso en el empleo, o armará un berrinche porque la esposa no tenía la comida a tiempo o la ropa lista. Ese niño grande no será una compañía amena ni agradable y por ende terminará siendo un solitario infeliz; los pocos amigos que logre hacer, muy pronto le rehuirán porque no estarán dispuestos a satisfacer sus caprichos. No encontrará mujer o marido capaz de tolerar sus ridículas exigencias y su vida egocéntrica. Mi querido lector, quizás aún está a tiempo de ejercer disciplina; o puede ser que crea que es ya demasiado tarde. Quizás usted es un(a) joven víctima de una crianza sin disciplina y siente la frustración de vivir una vida en donde ha obtenido todo lo que se le antoje, menos felicidad o autoestima; quizás no siente respeto por usted mismo(a). Cualquiera que sea su posición, para usted, Hay Una Esperanza. Le invito a encontrar el verdadero amor, sólo en Jesús lo hallará, porque recuerde ¡Dios es amor!

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