En estos días un hombre muy correcto y honesto, se acercó para comentarme su problema y pedirme un consejo. Él ha estado casado por 19 años, ama a su esposa; en este tiempo han procreado tres hijos varones. La situación es que su esposa es muy celosa e insegura, por lo cual lo vigila en todo tiempo, le revisa el celular para ver que encuentra, se aparece de improvisto en la oficina de él y no lo deja salir de viaje solo.
Este hombre es fiel a Dios y a ella, nunca desde que se casaron, se le ha ocurrido siquiera volver a ver a otra mujer que no sea su esposa. Aunque él trata de decirle cuánto la ama y le explica cuál es su comportamiento como hombre fiel, y que ella no tiene razón ni fundamento para pensar y actuar así; ella sin poder explicarlo se siente insegura y levanta sospechas hacia cada mujer que se acerca a su esposo por razones de trabajo o de familia.
Queridos lectores, es posible que este caso les suene familiar, a lo mejor ustedes conocen alguna pareja que pasa por algo similar, o quizás usted mismo ha sido presa de algo parecido. Las personas, varones o mujeres, que crecieron carentes de expresión de amor de sus padres, casi siempre sufren de una profunda falta de identidad, son inseguras; y para sentirse bien, necesitan tener la atención completa de sus seres amados.
El problema es que si estas personas han recibido una herencia ancestral de espíritus inmundos, por prácticas de ocultismo, la inseguridad y los celos se pueden convertir en manipulación y control.
En este tipo de situaciones, muchas veces el hombre por mantener la armonía, según él, se somete bajo su mujer, pero de esta manera desagrada a Dios y en vez de mejorar las cosas, eso hace que se arraigue con mayor fuerza el espíritu que domina las circunstancias.
Querido lector, hay una sola forma de ser libre de este tormento, y es que el varón tome la autoridad espiritual que le corresponde en Cristo Jesús, y que a su vez se someta al Señor en todo; al hacerlo, podrá esperar que su mujer ceda al Señor sus inseguridades, celos y temores.
Solamente el poder de Dios puede provocar una libertad total en el corazón de las personas, entonces se sentirán amadas y aceptadas plenamente y no tendrán necesidad de llamar la atención de nadie, ni de mantener a todos a su alrededor, siendo ella el centro de atracción.
Varón, si este es tu caso, necesitas levantarte y romper con esa manipulación en tu vida; mujer, si esa es tu situación, debes humillarte delante del Señor, buscar la santidad y la plena libertad, mientras eres impartida del profundo amor de Dios Padre. Hoy es el día de comenzar, no esperes más tiempo, hoy es día de liberación para ti.
