TEMAS DE OPINIÓN

Un Corazón Dividido

Octubre 6, 2014


Queridos lectores, quiero comentarles acerca de un joven, quien nació a los pocos meses de matrimonio de sus padres, en Honduras. Su padre tenía un buen puesto en una agencia de telefonía celular y su madre atendía la casa. Cuando él aún era un niño, su padre decidió irse a los Estados Unidos, donde vivían casi todos sus parientes, para trabajar allá y obtener mejor dinero, con el cual cubriría los gastos de su familia. La ida del padre dañó mucho la autoestima del niño, él fue creciendo muy solitario, introvertido e inseguro; lo cual afectó su desempeño académico y su vida de relación con los demás. Mientras tanto, su padre tramitaba su documentación para poder llevarse a su familia a la mayor brevedad, pero ese trámite tardó muchos años, unos diez tal vez. Durante esa etapa de sus vidas, el padre viajaba una vez al año o menos, para ver a su familia; en uno de sus viajes su esposa quedó embarazada de otro niño. En el último tiempo del papeleo, todas las finanzas de ellos se concentraron en pagar trámites y boletos aéreos para que la familia pudiera estar reunida cuanto antes. Por esta razón el joven tampoco ingresó a la universidad. Debido a que el joven tenía tiempo suficiente para estar en casa o desarrollar otras actividades, se entregó de lleno a ejecutar un instrumento musical e integrar una banda en su iglesia. Finalmente llegó la hora de reunirse, el muchacho estaba con su corazón dividido, por un lado deseaba fuertemente estar junto a su padre, madre, hermanos, abuelos y tios; pero por otro lado, añoraba terriblemente los días de convivir con sus primos hermanos en Honduras, los tiempos en que compartía con sus compañeros y amigos de la Iglesia, sobre todo con aquellos que juntos formaban parte de la banda musical. Recientemente el joven tuvo la oportunidad de venir de paseo a Honduras, donde disfrutó un tiempo con sus compañeros de banda, ejecutó el instrumento y estuvo participando con ellos, pero igualmente tuvo que volver a casa en días pasados. Una vez más su corazón estaba dividido, quería estar aquí, pero también allá. Queridos lectores, hay tantas personas en el planeta que tienen raíces muy fuertes en dos lugares a la vez; que saben que deben estar en un lugar pero desean estar en otro y viceversa. Sólo puedo decirles que para cada quien Hay Una Esperanza, que en la gracia del Señor aprendemos a vivir en cada lugar en contentamiento, con un corazón ensanchada en todo tiempo, lo cual solamente puede lograrse a través del amor del Padre en nosotros. Este día pídale a Dios que se revele a su vida como el Padre Bueno y lleno de Gracia, para darle identidad y seguridad donde quiera que usted esté o se encuentre. Solamente así podrá vivir una vida abundante.

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