TEMAS DE OPINIÓN

El Juzgar

Noviembre 24, 2014


Es posible que usted se haya encontrado muchas veces en la condición de juzgar precipitadamente sobre la personalidad, los sentimientos, la forma de pensar o el interior del corazón de alguien, tan sólo por lo que aparenta. Recuerdo que hace unos años en mi camino diario al trabajo, me encontraba con una señora, que casi nunca contestaba mi saludo pues su mirada se quedaba fija en el suelo o bien en dirección al horizonte. Por muchos meses juzgué que ella era vanidosa o altiva. Un tiempo después llegamos a conocernos y ser excelentes amigas y pude comprender que ella era tímida y más bien temerosa de los demás. A veces nos topamos con personas a las que consideramos muy seguras de sí mismas; al tiempo de tratarlas observaremos que realmente son tan inseguras que usan pantallas, levantan barreras y adoptan actitudes que les permiten disfrazar su verdadera personalidad. Otras veces nos encontramos con una persona de reconocido nivel socio-económico, y sólo porque es ella la que porta ostentosas joyas, llegamos a pensar que son muy valiosas; cuando tal vez son burdas imitaciones. Personas que ríen a carcajadas en una discoteca, o cuya risa cristalina resuena en medio de un salón de baile, llamando la atención de los que le rodean, con sus bromas o espíritu jocoso; muy probablemente escondan una honda pena. El asunto es que no podemos juzgar por las apariencias, no debemos hacernos una imagen a la ligera de como es alguien, sólo por lo que se ve externamente. Podemos pintar a un zopilote de blanco, pero eso no lo hace garza. En otras palabras, no todo lo que brilla es oro, ni todo lo que vuela es paloma. Necesitamos otorgarle a las demás personas el beneficio de darnos a nosotros mismos un tiempo para conocer su corazón, su pensar, su sentir; sin que esta apreciación sea empañada o distorsionada por la niebla que empaña nuestra vista, o la miopía que la caracteriza. Mi querido lector, si es usted uno de los que juzga precipitadamente, pero en este momento lo reconoce, para usted Hay Una Esperanza. El Señor quiere decirle hoy como un día le dijo a Samuel “El hombre mira el parecer pero Jehová mira el corazón”. Jesús quiere darnos Sus ojos y Su corazón, para que miremos como Él mira y amemos como Él ama.

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