Febrero 9, 2016
Hemos repetido muchas veces que a los que amamos a Dios todas las cosas nos ayudan a bien. Hemos hecho énfasis en que todas las circunstancias por adversas que sean, traen consigo una preciosa enseñanza, si sabemos utilizarla a nuestro favor.
Cierto día salí de compras, particularmente en busca de un par de zapatos, lo cual resultó un tanto difícil de encontrar. Algunos zapatos eran muy grandes, otros muy chicos, tal vez muy apretados a lo ancho del pie, a otros les faltaba un alza en el contraorte interno; cuando encontré los que me calzaban cómodamente, no eran del color que buscaba. Un poco decepcionada y contrariada, salí de la tienda; a la puerta de ésta, se encontraba pidiendo limosna un hombre al que le faltaban sus dos piernas.
Comprendí inmediatamente, que aquel hombre no tenía que soportar la contrariedad y pérdida de tiempo que yo acababa de pasar; pero comprendí muchas cosas más, que espero que usted amable lector, esté meditando ahora mismo.
Me di cuenta que no necesitaba un par de zapatos para combinar con cada gama de color del vestuario. Fue una hermosa oportunidad para darle gracias a Dios por mis pies, aun cuando no hubiese tenido nada con qué calzarlos.
Es posible que usted amigo, hasta ahora no haya apreciado el carrito que Dios le ha provisto. Si un día éste no funciona, va a tener la oportunidad de caminar, admirar la naturaleza a su alrededor; y sobre todo podrá reconocer cuan útil resulta el medio de transporte que ha tenido, pero que quizás no se había percatado de ello.
Con el racionamiento de energía, claro está que todos somos afectados; pero quizás hasta ahora habíamos dado por sentado el tener energía eléctrica en abundancia; a lo mejor éramos de los que dejábamos luces encendidas innecesariamente. La condición actual al respecto, nos permite dar gracias a Dios por vivir en un área donde tenemos la gran ayuda de la energía eléctrica; nos motiva a implementar sistemas de ahorro de la misma; nos estimula a comenzar a buscar medios alternos de obtener energía.
Popularmente se dice que "Nadie sabe lo que tiene hasta que lo ha perdido". El mensaje principal es que no esperemos a perder algo, para apreciarlo.
Si usted hasta este día está cobrando conciencia de lo mucho que tiene por agradecer a Dios, y que no lo ha hecho, Hay Una Esperanza. Hoy es el momento agradable y oportuno para mostrar gratitud a Él por la vida, por lo que somos y tenemos; por tenerlo a Él como nuestro Dios.
