TEMAS DE OPINIÓN

Inconformidad

Marzo 22, 2016


Casi con toda seguridad puedo decirle mi lector querido, que usted ha escuchado el adagio que dice: "Dios le da comida al que no tiene muelas". A los ojos del hombre carnal y basado en este dicho, pareciera que tuviéramos un Dios injusto.

Observemos como los que conocen de carros, pero no tienen uno, se la pasan criticando al señor tal o a fulano, que no sabe cuidar su carro... añorando un poco y suspirando ¡Si fuera mío!

Recuerdo que la abuela contaba algunas historias de papá.  Cuando él era más joven, su hermano menor, mi tío, estudiaba fuera de la ciudad, y cuando regresaba a vacaciones, mi padre se encargaba de educarlo y disciplinarlo en cuanto a modales en la mesa y otras cosas. Él consideraba que el muchacho estaba mal educado, que presentaba muy malos hábitos a las horas de comida. Mi abuela sólo le repetía ¡Espérate que tengas tus hijos! Se llegó aquel día en que el hermano mayor se convirtió en papá, mi papá; y su vergüenza fue grande al observar los pésimos modales de sus hijos.

Parece ser que a veces anhelamos algo, creemos que somos los más adecuados para tenerlo o merecerlo, lo deseamos con vehemencia; pero cuando aquello llega y lo tenemos a nuestro alcance, deja de representar para nosotros lo que antes era.  Muy a menudo escuchamos: "Si yo tuviera tal o cual cosa, haría esto o lo otro", o bien: "Si yo fuera este o aquel, cambiaría aquí o allá".  Llegado el momento y nuestra oportunidad, vemos que todo se quedó en el pretérito pluscuamperfecto del modo indefinido del verbo "SER" o TENER".  La teoría es bonita, vivirla cuesta. Es fácil ver la paja en el ojo ajeno, pero muy difícil ver la viga en el propio.

Querido lector, si es usted de los que cree que tiene muelas, pero Dios no le ha dado comida, déjeme decirle, Dios no es injusto, pero aunque usted hubiese creído así hasta el día de hoy, permítame recordarle que Jesús es el único Justo ¡Experiméntelo en su vida hoy! Hay Una Esperanza.

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