Junio 7, 2016
Hace poco me relataba una buena amiga que quedó viendo por la ventana de su cocina y observó el árbol de aguacate que adorna el patio trasero de la casa. De pronto, se percató de que muy ligado al árbol se prendía un "matapalo", enredado en sus ramas; por apariencia se veía muy bonito, casi como un adorno, una guirnalda prendida al aguacate, pero que sabemos que tarde o temprano secará al árbol.
Lo interesante es que, podemos desprender el "matapalo" una y otra vez, pero si queda una semillita, siempre volverá, siempre resurgirá; necesitamos pues destruir la semilla, eliminarla.
Esto sólo es una ilustración de lo que ocurre en nuestras vidas, donde muy a menudo aparecen situaciones que aparentemente se ven bien, nos hacen sentir bien (en el alma), pero eventualmente van a secar nuestro espíritu, lo van a consumir, e irá perdiendo su esencia de vida y verdad, internamente, hasta que un día será manifiesto aún en lo externo.
Necesitamos encontrar la semilla dentro de nosotros y destruirla con la semilla de Vida y Verdad (CRISTO y Su Palabra).
Desde el principio de la creación, a causa de la desobediencia del hombre (varón y hembra), Dios puso enemistad entre la simiente (semilla, semen) del bien y la simiente del mal; eso sigue siendo real hoy día. Cuando la simiente del bien no ha sido sembrada en nuestros corazones, la del mal se desarrolla más y más y se transforma en un frondoso "matapalo" que nos va cubriendo y enmarañando, hasta matarnos completamente.
Si usted reconoce que necesita detectar en usted esa semillita de error, de maldad, para destruirla y eliminarla; si hoy sabe que ha estado atrapado en medio de un "matapalo" que parece hermosearle, pero que le está destruyendo interiormente... si necesita de la simiente de Vida y Verdad, que destruye la de muerte y error; entonces, ¡Hay Una Esperanza! Hoy es el día de expresarle a Jesús su necesidad de Él, que venga al corazón y haga morada en usted.
