TEMAS DE OPINIÓN

Reconocer

Diciembre 27, 2016


Hace algún tiempo conocí en forma muy personal a un hombre que había estado casado por muchos años con una mujer con mucha capacidad, dones y atractivos. Ante la inteligencia y empuje de aquella mujer, lo cual era poco usual en nuestro medio; él se sentía achicado y proyectaba su impotencia, frustración y machismo tratando de opacarla, de bajarla, buscando defectos en todo lo que ella hacía, haciendo visibles las imperfecciones de ella y nunca reconociendo sus valores.

Era contrastante aquella situación, ya que las amistades de ambos, por el contrario, siempre reconocían y ensalzaban la personalidad de aquella mujer. Tanto afectó la relación matrimonial aquella situación de complejo de inferioridad de aquel hombre, que un día la perdió. Una vez lejos de ella, él proclamaba a los cuatro vientos las virtudes encomiables de aquella que un día fue su esposa. Era tal su dolor, que él decía que jamás encontraría sobre la faz de la tierra otra que como ella fuera una excelente mujer, profesional, esposa, madre, compañera y amiga.

Meditaba hoy en cuantas personas hay a nuestro alrededor, que por sentirse incapaces y limitados, tratan de aplastar a su cónyuge, para sentirse ellas (ellos) más arriba; sin entender que la vida no es una competencia sino una expresión de las habilidades, capacidades que en Dios hemos adquirido y desarrollado; que el coeficiente intelectual no es una medida de felicidad, ni de salvación y mucho menos de eternidad y plenitud de vida. Que Dios no va a demandarnos más de lo que Él mismo nos ha dado. Que no necesitamos bajar a otros para subir nosotros, sino que la sabiduría y el amor estriba en reconocer, considerar y aceptar a cada uno tal y como es, sabiendo que ellos tienen limitantes en donde nosotros hemos sido hechos aptos; pero que lo inverso también es cierto. Que necesitamos reconocer hoy lo bueno, lo hermoso, lo lindo de la persona que vive con nosotros; porque mañana pudiera ser muy tarde.

Si usted se ha sentido aludido por esto, pero reconoce que necesita un cambio de actitud, Hay Una Esperanza. Pídale hoy mismo al Señor que Él venga a su vida y derrame de Su amor perfecto en su corazón para que empiece a ver como Él mira; para que comunique, exclame, proclame y reconozca la creación de Dios en la vida de su compañera(o).

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