TEMAS DE OPINIÓN

Los Planes Fríamente Calculados

Marzo 26, 2007


En estos dias estamos de viaje en una misión en los Estados Unidos. El pasado lunes salimos muy temprano de la mañana de Carson City, Nevada, a través del aeropuerto de Reno, con destino a Dallas, donde posteriormente tomamos un vuelo hacia Miami, Florida. Mi responsabilidad era estar en Miami como a las 6:30 p.m., para pasar por el lugar de nuestro alojamiento y cambiarnos de ropa, para llegar hasta la Iglesia a las 7:30 p.m. Esta iglesia está celebrando su cuarenta aniversario y yo soy la predicadora oficial de toda la semana; el lunes era el comienzo de esta celebración, la apertura y el verdadero dia de aniversario. A pesar de la diferencia de tres horas entre el oeste y el sur este de los Estados Unidos, aparentemente todo estaba muy bien programado, el tiempo bien calculado; nuestro vuelo de American estaría aterrizando en Miami a las 5:20 p.m., lo cual nos daba suficiente tiempo para recoger equipaje y salir. Sin embargo, muchas veces Dios permite situaciones que parecen interferir con nuestro muy bien organizado plan, por lo cual debemos estar sintonizados con el Espíritu Santo, para discernir Su deseo y Su intención. Resulta que cuando faltaba una hora o un poco mas para aterrizar en Miami, una joven se comienza a sentir mal de salud, la llevan hacia atras, piden ayuda a algún médico que hubiera en el vuelo, comienza el movimiento de las aeromozas con aparatos de primeros auxilios; y como a eso de las 4:15 p.m., comenzamos a descender y el capitán anuncia que va a aterrizar en New Orleans para darle asistencia médica a la persona enferma. Entre el tiempo que estuvimos en tierra por papeleo, por rellenar combustible y demás, nos atrasamos una hora y media. Legamos a Miami como a las 7:00 p.m., apenas si pudimos cambiarnos en una oficina de la iglesia y directo a la plataforma, mas asustados que nada. En medio de todo esto, Dios se lució y unas veinte personas vinieron al conocimiento de Cristo. Ahora me pregunto ¿Por qué Dios lo permitió? Estoy segura que Dios quería que tomáramos autoridad sobre los aires y el territorio de New Orleans. Querido lector si te ha ocurrido alguna vez que las cosas no te salen como las habías planificado, si se te interrumpen tus planes friamente calculados, no te preocupes, reposa en Dios porque para tí Hay Una Esperanza. Sencillamente pregúntale a tu Padre qué quiere de tí.

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