Mayo 14, 2018
Hace un tiempo, salimos de viaje hacia el cono sur, por un lapso de catorce días, los cuales fueron de mucha actividad y trabajo. A nuestro regreso, después de estar sentados por unas diez horas en un avión, estábamos muy deseosos de llegar a casa. Nuestro hijo nos recogió en el aeropuerto cerca de las ocho de la noche y nos llevó a casa, al entrar pude apreciar algunos detalles de limpieza más profunda que lo regular. Es decir que las personas que quedaron a cargo de atender la casa, habían hecho una linda labor, los grifos del baño lucían resplandecientes, particularmente el que permite al agua salir dentro de la bañera.
Lo anterior fue un estímulo más para tomar una ducha antes de ir a descansar. Me dispuse para ello, pero mi sorpresa fue que al abrir la válvula de dicho grifo, no salía suficiente agua, ni siquiera en la parte inferior, mucho menos para alcanzar la ducha. Era tan poca el agua que llegaba y tan complicado, que ni siquiera con un vaso se podía obtener el agua necesaria para bañarse.
Me sentí un poco frustrada porque lo externo era precioso, pero no era funcional, es decir, habían tomado cuidado de la forma, pero no de la esencia. Esto mis queridos lectores me hizo meditar profundamente en muchos detalles. De igual manera, nosotros muchas veces nos ocupamos de lucir muy bien, con maquillaje (en el caso de las mujeres), con ropa bonita, zapatos que combinen bien con la cartera, accesorios que nos hagan lucir bien; pero quizás hemos descuidado lo interior, lo esencial, la vida espiritual y lo que genera vida.
Hay muchas personas que aún son cuidadosas con sus revisiones médicas y análisis, pero no atienden su corazón como la fuente de donde mana la vida. Dios mismo dijo: Sobre toda cosa guardada guarda tu corazón, porque de él mana la vida.
Es posible que mientras lees esto te des cuenta que has descuidado tu hombre interior, la parte más preciada que dentro de ti es responsable de todo lo demás que está afuera. Siempre que nos percatemos que debemos enmendar, corregir, hacer algo de nuevo o tomar decisiones profundas y serias para ordenar nuestra vida, Dios mismo nos dará la oportunidad y la gracia para lograrlo. Hoy es día agradable para mirar hacia adentro y tomar determinaciones que nos aseguren la calidad de vida que vamos a tener. Es tiempo de decidir hacia dónde vamos a enfocar nuestras fuerzas; la mejor dirección es hacia adentro, la vida del espíritu que depende del Espíritu Santo en nosotros.
Sencillamente dile al Señor, como si le hablaras a un amigo, que deseas fortalecerte desde adentro, para asegurarte que la vida fluya dentro de ti como un caudal de agua limpia y abundante.
