Junio 3, 2019
Existe una tribu indígena en los Estados Unidos, cuyos integrantes acostumbran, colocar un plato de comida y un vaso de vino dentro del féretro de sus muertos, antes de ser sepultados. Un buen día se encontraron y entablaron conversación, un blanco americano y un indígena de éstos. El primero le preguntó al segundo: ¿Y cuándo creen ustedes que su muerto va a levantarse a comer y a beber lo que ustedes ponen en su ataúd? El indígena le contestó: El mismo día que el muerto de ustedes se levante a oler las flores que ustedes depositan sobre su tumba.
¿Se dan cuenta de lo que es la tradición, la religión? El hombre religioso es fariseo; es decir, cree que él hace lo correcto, pero que los demás están equivocados. El hombre religioso hace las cosas por costumbre, por herencia, más no por convicción; es más, casi nunca se ha detenido a meditar en el origen de sus prácticas, o por qué las continúa haciendo; simplemente lo hace porque sí.
Podemos llegar al extremo de convertirnos en esclavos de una tradición o costumbre, sin saber siquiera su origen. Esto también incluye en gran manera, las supersticiones transferidas de generación en generación. Por ejemplo: "Matar a un gato, aunque sea accidentalmente, trae consigo siete años de mala suerte", "Pasar debajo de una escalera provoca en nosotros un accidente futuro", "Colgar un racimo de ajos en los negocios, atrae las ventas", "Una herradura colocada en la puerta de entrada, invita la buena suerte", "El elefante como figura decorativa es objeto de buena suerte, especialmente si se coloca viendo hacia el interior de la casa; o bien, teniendo tres en fila: uno que nos hayan regalado, uno comprado y uno robado".
Todo esto carece de sentido, sin embargo muchísimas personas, sin importar su condición socio-económica o nivel académico, lo han venido practicando por generaciones, creyendo hacer lo correcto. No podemos juzgarlas, porque probablemente cada uno de nosotros, esté ejecutando otras muchas cosas que para ellos sean ridículas.
Sin embargo, si usted hoy se ha dado cuenta que ha venido haciendo cosas por rutina, por tradición, si hoy ha experimentado un despertar en ese aspecto, y considera que necesita desligarse de sus tradiciones, para comenzar a vivir sólo conforme a lo que su espíritu pueda acoger con paz; ¡HAY UNA ESPERANZA! Hoy es su día para invitar al Espíritu Santo a hacer la obra dentro de usted.
