Mayo 12, 2022
Hay relaciones que entablamos en la tierra, que resultan ser conexiones divinas, gestadas en el cielo. A veces no lo comprendemos desde el inicio, pero más pronto que tarde, descubrimos los frutos.
Hace unos tres o cuatro años, me escribió alguien que me había descubierto en Youtube, un varón de edad madura, casado, padre y abuelo. Su nacionalidad uruguaya, pero residente en Argentina. Le interesaba lo que yo compartía, predicaba o enseñaba; por lo cual llegó a una de las reuniones donde yo estaría compartiendo en Benavides, El Tigre, Buenos Aires, Argentina. Platicamos un poco y lo invité a venir a Honduras, para participar de nuestro congreso anual de Aniversario. Él, aunque es un ministro de Dios, con humildad decidió invertir en venir hasta nuestra ciudad, para sentarse a recibir. Definitivamente, él fue muy impartido, pero su vida bendijo a muchos.
Recientemente, cuatro de los ministros de casa, realizamos un viaje misionero a la hermosa Argentina, recordé a este hombre de Dios, le escribí comentándole, y de inmediato se puso a las órdenes. Nuestro vuelo llegó a las seis de la mañana al aeropuerto de Ezeiza, al salir con maletas del aeropuerto, allí enfrente estaba estacionado él, en un microbús muy cómodo, para trasladarnos. Nos llevó desde el aeropuerto, al otro extremo de la ciudad, donde nos hospedaríamos. Nos condujo y nos invitó a un lugar para desayunar, después a un elegante restaurante para almorzar, con una comida deliciosa e inolvidable, mientras llegaba la hora de ingresar a nuestro hospedaje.
Tres días después, él mismo nos recogió en nuestro hospedaje y nos llevó hasta Rosario, Santa Fe, a unas cuatro horas de donde estábamos hospedados. Por si fuera poco, nos invitó a un delicioso almuerzo, antes de llevarnos a nuestro destino en la ciudad de Rosario. Este varón, inmediatamente después de dejarnos en nuestro alojamiento, tuvo que manejar unas cinco horas para regresar a su casa, se perdió de compartir con su hija y nieto ese día, pero todo lo hizo con amor.
No tengo manera de retribuir lo que él hizo por nosotros. Pero puedo ver el carácter de Cristo en su vida y entender que el Padre nos unió con un propósito mayor que el que ahora podamos comprender.
Aunque parezca que yo no le puedo retribuir, si puedo pedir a mi Padre Bueno que Él le pague con creces. Que Él supla en abundancia espiritual y material, todo lo necesario y más allá, a este varón y a toda su casa. Gracias Tony, eres especial, nos hiciste sentir amados y mimados, sin ser argentino nos recibiste como tal.