TEMAS DE OPINIÓN

Trabajados y Cansados

Julio 4, 2022


Cuando yo era niña, asistía a una escuela católica, dirigida por hermanas monjas de la denominación “Hijas de Jesús”. Ellas nos enseñaban catecismo, pero también los mandamientos de la Ley de Dios, o sea, las leyes que le dio Dios mismo a Moisés en el Monte Sinaí. Había un mandamiento en particular, el cual me enfatizaron todo el tiempo: “Santificar los domingos y las fiestas de guardar”.

 

Por supuesto, al pasar de los años, al haber recibido yo al Espíritu Santo, he recibido revelación al respecto, entendiendo que todos los mandamientos se encierran en uno nuevo, o sea, actualizado por el Señor Jesucristo en el Nuevo Testamento: “Amarás al Señor tu Dios, con toda tu alma, con toda tu mente, con toda tu fuerza y todo tu corazón, y a tu prójimo como Yo les he amado”.

 

Si amamos a Dios con todo nuestro ser, no vamos a infringir la Ley de Dios, no vamos a cometer pecado voluntariamente, porque el amor a Dios y temor reverente a Él, es el antídoto que nos libra de pecar. Porque lo amo a Él, no voy a matar. Porque lo amo a Él, no voy a mentir. Porque lo amo a Él, no voy a adulterar. Porque lo amo a Él, voy a santificar el día de reposo.

 

Dios trabajó seis días y al séptimo reposó para admirar Su obra. Cristo es nuestro “Reposo”, pero está implícito que debemos dedicar por lo menos un día de la semana, para orar, alabar, meditar en Su Palabra, congregarnos con hermanos. Es parte de edificarnos espiritualmente y renovar fuerzas en Dios.

 

Sin embargo, en este tiempo, sobre todo después de Pandemia, tiempo en el cual rompimos la rutina de congregarnos, vemos que todo ha cambiado para muchos. He extrañado en la Iglesia, a personas que aman a Dios, pero ya no se congregan. Las he llamado y las respuestas son similares: “Me he enredado en cosas o quehaceres”, “Estoy desanimada”, “Me he acomodado”, “Tengo muchas cosas por hacer y me siento cansado el fin de semana”, “Aprovecho para visitar a la familia”.

 

El Señor Jesús ya había tomado en cuenta que probablemente nos íbamos a sentir cansados y abrumados, por eso nos dejó Su Palabra que es Fiel y Verdadera, diciéndonos: “Venid a mí los que estén trabajados y cansados, que yo los haré descansar”.

 

Yo les quiero asegurar que por muy cansados que estemos, o muy acomodados y enredados, si venimos a Él, si nos acercamos para adorarle, escuchar Su Palabra, y para compartir la unción con los hermanos, saldremos renovados y descansados. Te invito a intentarlo, no serás defraudado.

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