TEMAS DE OPINIÓN

La Voluntad de Dios

Mayo 14, 2007


El pasado jueves 3 de mayo, llegamos a Houston como a las 4:00 p.m. (hora local), nuestro vuelo para salir a Midland, Texas estaba programado para las 6:35 p.m., sin embargo me preguntaba por qué no nos habian hecho la conexión con uno que salía antes (a las 4:40 p.m.). Tratamos de hacer el cambio pero no fue posible. El tiempo se puso muy malo, la tormenta era muy fuerte, hasta el punto que cerraron el aeropuerto, todo era un caos y nadie daba noticia de nada, pues todos los vuelos habían sido desviados hacia otro aeropuerto para aterrizar, incluyendo el que debería salir a las 4:40 p.m. el cual nunca llegó pues lo desviaron a Tulsa. Cuando eran las 9:00 p.m. nos dijeron que no había posibilidad de viajar, el monitor decía que nuestro vuelo tal vez saldría a las 11:00 de la noche, pero que el pronóstico era que el tiempo iba a empeorar; tampoco nos daban habitación de hotel para quedarnos. Mientras tanto en Midland se llevaba a cabo la apertura del evento donde yo era la conferencista con mayor participacion. Le dije a mi esposo, debemos tomar una decisión al respecto, quizás podamos irnos en un autobus y viajar durante toda la noche para amanecer allá. De pronto sentí la urgencia puesta por Dios de llamar a mi casa en La Lima, Honduras; me contestó mi hija menor y de pronto recordé que la iglesia estaba orando en ese momento, le pedí que fuera a comentarles el asunto y que oraran por nosotros para que tomáramos la decisión correcta. Diez minutos más tarde, de forma abrupta e inesperada llamaron por los parlantes para decir que nuestro vuelo ya estaba abordando. Cuando subimos al avión, el piloto dijo: Bienvenidos a este avión que no se supone que fuera a Midland, sino que iba de Austin a El Paso, nos habian dicho que no podiamos movenos sino hasta que llegara la tripulación que fue desviada a otro lado; hemos estado estacionados acá en el aeropuerto de Houston, sin poder bajar, desde las 10:00 a.m. No entendemos que pasó, pero hace unos minutos nos llamaron por teléfono para decirnos que saliéramos inmediatamente hacia Midland; no entendemos nada, porque no es el avión correcto, ni la tripulación correcta ni el destino correcto, pero vamos a salir inmediatamente. Quiero decirles mis queridos lectores, que este es el mejor vuelo que he tenido, con cielos abiertos y muy despejados. Lo interesante es que el vuelo anterior (que iba a salir a las 4:40 p.m.), nunca salió. Cuando llegamos al destino, dijo la aeromoza: ustedes que brincaron a este avion, investiguen cuando van a llegar sus maletas, porque no se sabe si van a llegar. Ustedes ya sabrán para ahora que nuestras maletas fueron las primeras en salir y estaban intactas. Ese es el Dios sobrenatural a Quien servimos; pero además, algo he confirmado, la importancia de la oración en favor de una misión. Mi querido lector, si tu quieres asegurarte que todas las cosas se sometan a la voluntad de Dios, entrega tu corazón y tu voluntad a El y solamente a EL; El es el Dios Bueno y Maravilloso que tiene sumo cuidado de Sus hijos.

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