El día de hoy, mi esposo y yo nos trasladamos de Los Angeles, California hacia Reno, Nevada; viajamos en un avión de hélice, muy eficiente, el vuelo tuvo una duración de aproximadamente una hora y media.
El vuelo estaba bastante lleno, en su mayoría, los pasajeros eran personas de la tercera edad. Cuando el avión aterrizó, uno de los viajeros, salió velozmente, y casi con desesperación, corrió hacia la primera máquina tragamonedas de casino, las cuales se encuentran distribuidas en todo el aeropuerto de Reno, Nevada.
Esto es algo que impacta a cualquiera que no está familiarizado con el sistema de vida de este sector de los Estados Unidos.
En este lugar uno no puede decir que la gente se dedica a practicar una actividad ilícita, porque en este estado es legal practicar los juegos de azar, apostar en los casinos y aun ejercer la prostitución. Aunque usted no lo crea, la autoridad de seguridad de todos los casinos es un Pastor Evangélico, y este es su trabajo secular que desempeña.
Cuando pienso en la clase de vida que esta gente lleva, puedo percibir la ansiedad que los domina, las alteraciones en su vida diaria, jugando de noche y durmiendo de día; la costumbre de adquirir dinero fácilmente y el temor de perderlo todo en un instante o pensar que pueden recuperarlo todo, la noche siguiente.
Mi querido lector, si usted estuviera viendo lo que yo estoy viendo, daría gracias a Dios por vivir como vive y donde vive, por depender de Dios y de un trabajo honesto.
Por supuesto la siguiente pregunta es ¿Y qué de esta pobre gente que se ha hecho adicta a esta forma de vida, que en verdad no es vida? Sólo puedo decirles que para ellos también Hay Una Esperanza, conocer al Hijo de Dios y ser verdaderamente libres. Tal vez querido lector tu tienes un vicio similar, para ti también es la receta: Si el Hijo del Hombre te libertare, serás verdaderamente libre.
