TEMAS DE OPINIÓN

Por Qué Estamos Aquí

Diciembre 10, 2007


Amados lectores de siempre, me da mucho gusto compartir con usted una linda experiencia, desde Costa Rica, donde estamos por gracia de Dios para ser participantes de un Congreso. Cuando supimos de este importante Congreso, nos apresuramos a reservar nuestro lugar de hospedaje, muy cercano, ubicado a la vuelta del Centro Cristiano, donde se está llevando a cabo. Dos semanas después, recibimos una carta, donde los organizadores del Congreso, nuestros anfitriones, nos informaban de una importante cena de bienvenida para todos los participantes, una noche antes de la fecha de inicio. Por supuesto nosotros deseamos participar de todo y lo primero fue cambiar las fechas de reservación del hospedaje y cambiar las fechas de vuelo del boleto aéreo. Para nuestra sorpresa, los del lugar de hospedaje nos dijeron que para esa fecha no había cupo ya, pero que nos enviarían a un lugar similar, en la falda de la colina, con cabañas rústicas y que como era un poco retirado, ellos se comprometían a transportarnos. Aceptamos el cambio. Comencé a pedirle a mi Padre celestial que Él cumpliera Su plan y el propósito por el cual estaríamos allí. En la lista aparecían otros siervos que se hospedarían acá, pero hasta el momento somos solamente nosotros dos. A grandes rasgos quiero comentarles la forma misteriosa como Dios se mueve: El dueño del hotel es un hombre de 77 años, huérfano desde los 4 años de edad; su padre se casó muy pronto y su abuela lo crió en medio de mucha pobreza. Por la gracia de Dios, este hombre con gran inteligencia y creatividad, muy educado además, llegó a ser un conocido fabricante y empresario de la ciudad y del país, educó profesionalmente a sus ocho hijos… pero un día, su esposa de cuarenta años decidió abandonarlo; quedando él con su hija menor, quien está siendo atormentada por un cáncer. Para este momento mi querido lector, ya entendiste por qué estamos aquí y cuan Soberano es nuestro Dios que mueve las piezas que Él quiere para ser instrumentos de sanidad y restauración para los que son Suyos. Yo creo firmemente que para este hombre, su hija, su esposa y toda su familia, Hay Una Esperanza, te pido que me ayudes a creer.

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